Sigamos
su ejemplo en todos los centros de trabajo
16 de setiembre de 2022 - Mario Diego
Hay
quienes pretenden que lo que pasó en el último pleno municipal ha sido una
victoria; una victoria porque a iniciativa de Podemos-Equo Gijón la corporación
votó por mayoría el apoyo a las reivindicaciones de las trabajadoras del SAD, eso
sí, después de haber enmendado la principal reivindicación de las trabajadoras:
la remunicipalización del servicio. Quisiera recordar que, en su tiempo y en
otro pleno, con otra corporación, se había votado por mayoría dicha
remunicipalización del SAD, aunque volviéndose a atrás en un pleno posterior, se
votó lo contrario.
En realidad, por muchas vueltas que le demos, lo que se aprobó en el pleno del 14 de este mes, ha sido “instar” a los agentes implicados en las negociaciones a llegar a un acuerdo. Pero si los “agentes”: la patronal del sector y la cúpula de los sindicatos mayoritarios, ya habían llegado a un acuerdo e incluso iban a firmarlo, no comprendo, ¿qué y a quien apoya el pleno? ¿A los “agentes” implicados en las negociaciones o a las trabajadoras que mayoritariamente han rechazado dicho acuerdo y llevan un mes en huelga?
Concretamente, tanto el ayuntamiento como la patronal del sector y la cúpula local de los sindicatos mayoritarios están de acuerdo para poner un término a esta huelga ilimitada que las trabajadoras del SAD han votado repetidamente, a pesar de las maniobras llevadas a cabo por la patronal, la mayoría de la corporación y de la dicha cúpula. Y también después de que esta última haya fracasado en el intento de encabezar la huelga para pararla.
Precisamente, en ningún caso, las trabajadoras del SAD deben caer en esas provocaciones y tanto afiliadas, sean del sindicato que sean, como no afiliadas, deben seguir unidas si quieren ver realizado su objetivo. Son las trabajadoras en huelga quienes deciden quienes son los representantes legítimos de su lucha y en ningún caso éstos deberían estar excluidos de las negociaciones.
Para la alcaldesa y me temo que para la mayoría de la corporación lo tienen muy claro, el problema de la remunicipalización está zanjado desde hace tiempo, y les importa un pepino, incluso a aquellos quienes se pretenden los defensores de la “cosa” pública. Cuando brillantes tecnócratas partidarios de la privatización de los servicios públicos, ya sea directa o indirectamente toman la decisión de privatizar un servicio público, las principales víctimas de tal descaro son las plantillas y los usuarios.
No es extraño, que después de tantos años sufriendo las condiciones laborales impuestas por negreros sin escrúpulos, en brazos de quienes las trabajadoras del SAD han caído, después haber sido empujadas por los adalides de la privatización, éstas estén mostrando su enfado y determinación en su lucha.
Y razón tienen, como todos y todas quienes optan por la lucha. Esta debería generalizarse, porque como lo estamos viendo, en esta sociedad capitalista, en la que lo más importante es que los beneficios de la gran burguesía sigan incrementándose, la posibilidad para que la clase trabajadora pueda vivir correctamente de su salario no existe.
La dictadura económica que ejercen los poderosos no deja cabida para otros intereses que no sean los suyos, y sus márgenes de negociación se restringen a medida que la agudización de las crisis sucesivas que ellos mismos provocan se incrementa. Por eso, la lucha por nuestra supervivencia pasa por nuestro control y la toma de posesión de los medios en su posesión.