Hace tiempo que toca
Mario Diego - 21 de enero 2021
2020
nos deja con casi 3,9 millones de parados, 12 millones de personas bajo el
umbral de la pobreza, colas kilométricas a las puertas de los bancos de
alimentos, una sanidad pública exhausta con sus plantillas al borde de la
ruptura; mientras, las 23 personas más ricas del Estado español han visto
crecer su capital de 19.200 millones de euros. Desde un punto de vista social, 2021
comienza exactamente de la misma manera que terminó el precedente y sin que el
gobierno progresista nos ofrezca ninguna perspectiva seria para que esto cambie
de rumbo.
Si
la pandemia ha sido un factor de aceleración de la crisis económica, sin
embargo, ésta no es la causa. Como tampoco está tan claro, como lo explican los
economistas burgueses, qué parte de dicha crisis ha sido provocada por la
interrupción forzada de la actividad económica debido a la pandemia y qué parte
provocada por el pésimo funcionamiento del capitalismo.
Mientras
la pérdida de empleo, la precariedad y el zambullón en la pobreza, es el pan de
cada día de millones de personas trabajadoras, la fortuna de los
multimillonarios europeos se incrementó de un 14%. Y este incremento no se debe
únicamente a las fluctuaciones de los valores bursátiles, —la ráfaga de
fusiones y adquisiciones en el mundo en 2020 alcanzaron 3,6 billones de dólares
conforme afirman los especialistas— sino también a los planes de recuperación
puestos en marcha por los diferentes estados y el apoyo de los bancos
centrales. En España, la fortuna de los 23 españoles más ricos, según la
revista Forbes creció de un 16%, el patrimonio bursátil de alguno de entre
ellos osciló en su incremento de entre 40% al 50%.
No
será con los presupuestos históricos que entran en vigor este año que el rumbo
cambiará. Si excluyésemos las ayudas europeas, al fin y al cabo, de históricos tendrían
poco; en ese caso, la suma dedicada al gasto público con respecto a los
presupuestos del gobierno del PP en 2014, mejoró de 3.500 millones. Por lo
demás, lo esencial de los presupuestos consiste en convertir las ayudas
públicas europeas en una inyección de liquidez para las multinacionales: 9.330
millones de euros para repartir entre la sanidad pública, la educación y el
Ingreso Mínimo Vital; 23.000 millones para infraestructuras, cambio de modelo
productivo e investigación y desarrollo (I+D), millones de los que se
beneficiará principalmente la patronal.
Sí,
olvidaba algunos retoques en la tasa de imposición a los más ricos. ¿Dinero
para la creación de grandes empresas públicas? ¿De un banco público Estatal?
Ninguna rúbrica en los presupuestos. Por parte de los ministros del PSOE no es
sorprendente que no cumplan ni tengan la intención de cumplir con el acuerdo de
Gobierno firmado con Unidas-Podemos. ¿Pero estos últimos?
Es
verdad, que recientemente, alguno que otro, ha descubierto, según dice Pablo
Iglesias, que los poderosos no son tan malos como pensaba sino aún peor y que
gobernar no es poseer el poder, con lo cual hacen lo que pueden. Es más,
también nos pide de tener en cuenta que la correlación de fuerzas en el
gobierno no es favorable a su partido, cierto, pero eso ya lo sabían antes,
digo yo. ¿Entonces?
Pues
por lo visto, si creemos en lo que Pablo Iglesias dijo a Gonzo: “no
promoveremos una crisis de gobierno”, dicho de otra manera y parafraseando a
Monedero: “seguiremos tragando sapos”. “Unidas-Podemos seguirá haciendo lo que
pueda en el gobierno con sus 35 diputados en el Congreso”, —¿Por qué, será
diferente cuando tengan 70 o 100?— “no hacerlo sería complacer a la derecha” y
mejor quedarse porque si UP no cogobernara las cosas serían peor.
En
resumidas cuentas, la excusa de todos los partidos reformistas a la izquierda
de los socialistas que por una razón u otra cogobernaron o cogobiernan con
ellos. No esperemos más, no es “ahora si toca”, como dice el slogan de UGT y CCOO,
ya hace tiempo que toca. Que las cosas cambien radicalmente solo depende de
nosotros y de nuestra combatividad.