ERTE, OTRA FORMA MÁS DE MANTENER EL BENEFICIO EMPRESARIAL

Bajo el paraguas de la ayuda
social a las y los trabajadores de este país, anunciado a bombo y platillo por
el gobierno de España, se esconde el verdadero interés de las grandes empresas por
mantener sus beneficios a costa del erario público. Y es que por mucho que lo
disfracen, los grandes beneficiarios de los miles de expedientes de regulación
temporal de empleo (ERTE) que se hicieron y siguen haciendo desde el inicio de
la pandemia, son las grandes empresas y multinacionales.
Para desmontar la falacia de
que los ERTE se hacen para proteger a los trabajadores y trabajadoras primero
debemos saber algunos detalles de esta forma de despido masivo.
Un ERTE es la decisión unilateral
de una empresa de suspender temporalmente la relación laboral con una parte
concreta de sus trabajadores, y podrá aplicarse por “causas económicas,
técnicas, organizativas o de producción”, lo que significa que la ley se pone
automáticamente a favor de la empresa y da la espalda, al derecho al trabajo,
que todo trabajador tiene. El gobierno también ha aprobado la medida de ERTE
por COVID, lo que permite a las empresas acogerse por fuerza mayor.
Además, estos ERTE son “a la
carta”, pues hay dos tipos: la suspensión de empleo o, por el contrario, una
reducción de la jornada en caso de que no se necesite el despido de los
trabajadores. Por otro lado, todas y todos los trabajadores que sean afectados
por un ERTE sufrirán una merma considerable en sus ingresos, pues tendrán una
prestación por desempleo del 70% de la base reguladora durante los seis
primeros meses, y del 50% a partir de ese momento, con unos topes de 1.098
euros para las personas sin hijos a su cargo, 1298 para los que tienen uno y 1411
para los que tienen dos o más.
El ministro de Inclusión,
Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha cifrado el coste de los
ERTE desde marzo en 23.000 millones de euros, y ha comentado que se ha
recuperado ya al 85 % de los trabajadores que estaban acogidos a esta
prestación, que quedan en ERTE algo menos de 600.000 personas (una buena parte
está trabajando parcialmente).
Según el ministro los sectores
que siguen todavía afectados son los hoteles, algunas áreas del transporte,
agencias de viajes y el ocio nocturno, entre otros.
Sin embargo, las declaraciones
del secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Pedro
Saura, son “que las empresas del transporte mantienen a 42.000 trabajadores en
ERTE”, aproximadamente el 30 % de los que trabajan en el sector del transporte.
Airbus operaciones también ha extendido el ERTE hasta el 31 de mayo de 2021 en
las plantas de Getafe (Madrid), Illescas (Toledo) y Puerto Real (Cádiz), cerca
de 3500 trabajadores se verán afectados durante este periodo.

La respuesta es muy clara, para empezar las empresas se ahorran el salario de cada trabajador, que puede ser del 100% o del porcentaje que baje la reducción de jornada de este, lo mismo sucede con las pagas extras y emolumentos adscritos al sueldo base, si el ERTE es por fuerza mayor, como es el caso del COVID, las empresas están exoneradas del pago a la seguridad social que le corresponde a la parte empresarial.
Lo peor de todo es que los ERTE están pasando a ser ERE (expediente de regulación de empleo). Seat presenta en la fábrica de Martorell un ERE que afecta a 4700 trabajadores, Nissan de Barcelona propone dos ERE para despedir 1288 y 392 trabajadores, Marina d´or presenta dos ERE que afectan a 214 trabajadores, Alestis en Álava despedirá a 56 de sus trabajadores, es un tercio del total que efectuará a nivel nacional.
En resumen, el gobierno de España para salvar los beneficios privados de las grandes empresas recurre a medidas como los ERTE que se pagan con dinero público, se olvida de que estas empresas llevan años y años obteniendo beneficios. Dinero público que le tocará pagar al pueblo trabajador con lágrimas, sudor y sangre.